El quererte es muy duro y no hacerlo imposible. El brillo de tus ojos es lo que me hace enloquecer y desesperar, no sale de mi mente ni un solo segundo. Tu sonrisa me acompaña allá donde voy, en mi mente, siempre, nunca desaparece ni se apaga. No es algo intermitente que me de un respiro. Ni un segundo. ¿Qué no me quieres? Pues alejate de mi y dímelo claramente. Desearía no haberte conocido nunca. NUNCA.
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