Y se quedaron más que mudas las palabras, y se apagó la luz en el penitenciario. Y el bis a bis que había tenido con la luna, le convenció para llevarle al otro barrio. Y no volvió a pintar con tiza en las paredes, para contar días que eran cómo gotas de agua.
"Siempre encerrado entre cuatro putas paredes, en las que ya no le cojía casi el alma, y se quedaron más que mudas las palabras"
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