viernes, 14 de septiembre de 2012

No soy una princesa de cuento, pero tampoco me importa

No soy ninguna puta princesa jodidamente caprichosa a la que le tengan que dar todo hecho. Soy la que te espera en silencio; la que no está a tres metros sobre el cielo, sino escondida en mi habitación esperando a que aparezcas; la que si le dices ven se hace de rogar pero siempre va; la que se queda en casa cuando le da la gana; la que pasa del mundo; la que le gusta el pelo largo pero nunca lo consigue; la de la sonrisa traviesa y los ojos marrones y simples; la que adora las películas de amor y le encanta ver las tristes ; la que adora a sus amigas; la que se tira la noche entera despierta escuchando música; la que le gustan los retos; la que odia a medio mundo; a la que han jodido desde pequeña y piensa que la gente apesta; la que es capaz de tragarse su orgullo, aunque ya lo haya hecho demasiadas veces; la que te va a gritar si te pasas un poquito. No soy la típica chica de cuento, pero eso no quita que no te quiera igual o más que cualquiera de ellas.

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