viernes, 21 de diciembre de 2012

Dilo en alto, le quieres.

Y llega un momento en el que ya te niegas a negarlo. Le quieres. Lo admires. Suena extraño de tus labios, nunca pensaste volver a pronunciarlo de verdad, sintiéndolo. Pero te das cuenta de que ha llegado él; él que ha hecho que tus miedos se esfumen; él que te hace sonreír con un simple ''venga, un serio'' o con cualquiera de sus miles tonterías que te dejan con agujetas durante una semana de tanto reír; con él que te irías a donde fuese; el que es tu último pensamiento al acostarte y el primero al despertar. Es él, y entonces te das cuenta de que no es uno más en tu vida, que es uno de estos que dejan marca de verdad, de los que nunca olvidas. 

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